El 12 en Madrid. Un paso para la salida social a la crisis


Si alguien desea un retrato social de nuestro país o nuestra Comunidad puede recurrir al indicador que desee. Los datos demuestran las graves consecuencias de la crisis, en términos de desempleo, de caída de renta y de cohesión social. Lo que casi todos los analistas dicen, además, es que estas consecuencias sociales se mantendrán y agravarán: será la duración de su coste social, más allá de las supuestas recuperaciones de los índices de crecimiento, lo que distinguirá esta crisis.


En nombre de la productividad, de la racionalización y la adaptación, empresas con beneficios despiden y deslocalizan, como Honda, o entidades financieras, como las Cajas, se aprestan a prejubilaciones y despidos. La estela de desempleo no se detiene por mucho que se especule sobre si la tasa de paro crece a mayor o menor velocidad.


En la Comunidad de Madrid esta situación se agrava por el más drástico retroceso de lo público en periodos de contracción económica que pueda recordarse. El liberalismo extremo, por no decir el reaccionarismo social y político extremista de Esperanza Aguirre, nos conduce a un escenario de dramáticas consecuencias sociales. Que la Comunidad de Madrid ha ejercido de instrumento para la mayor transferencia de rentas hacia los más ricos en España es un hecho en los años de bonanza. Que lo siga siendo en periodo de crisis es un dramático sarcasmo.


Liberalismo en Madrid y tecnocracia vacía en el estado. Son las dos caras de la ausencia de respuestas sociales a la crisis. Son nuestra razón para empezar a presionar en la dirección de nuevas respuestas que sitúen a los trabajadores y trabajadoras en mejor situación ante la salida de la crisis.


Los que han provocado la crisis forzando una economía de casino, especulativa y de burbuja son los que ahora exigen reformas estructurales (procesos de reconversión similares a los de los ochenta), reformas laborales y retrocesos en negociación colectiva o salarios.


Frente a los gobiernos y frente a los agitadores de la patronal y la economía especulativa debemos afirmar, exigir, la orientación de la salida a la crisis. La gente, sus necesidades, deben ser el único referente de las políticas. Izquierda Unida viene impulsando una respuesta de este tipo desde su trabajo institucional, social y político.


La convocatoria que el próximo día 12 en Madrid han realizado los sindicatos se corresponden perfectamente con la evidente necesidad de defender con firmeza una política económica, en Madrid y en el estado, que aseguren protección social, inversiones generadoras de emploe y una estrategia Económica basada realmente en la sostenibilidad y en la generación de beneficios a largo plazo.


Las soluciones no llueven del cielo. Hay que organizarlas y defenderlas con firmeza. Por eso las Confederaciones Sindicales de CCOO y UGT han decidido impulsar un proceso de movilización que desemboque en una Movilización General de Trabajadores y Trabajadoras de toda España en Madrid, el 12 de diciembre. Diálogo siempre, negociación a tumba abierta. Imposición nunca.

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